Nuestra memoria autobiográfica es bastante selectiva y subjetiva.
Esto nos permite, mantener muy vivas unas experiencias,
distorsionar otras, para adaptarlas al argumento que más
nos conviene, e incluso olvidar sucesos, con el fín de preservar:
Nuestra tranquilidad¡¡¡¡¡¡¡
L. Rojas Marcos.